La respuesta es: SI

 

La música afecta a nuestras emociones y nuestras emociones a nuestras acciones.

 

Cuando se utiliza como recurso de marketing, “la música” busca “influir” al cliente a través de:

  1. evocar recuerdos de su subconsciente que faciliten su bienestar
  2. promover su decisión de compra.
  3. reconocer una marca
  4. generar experiencias junto con otros factores externos como la luminosidad, la decoración, el trato de los vendedores, los aromas,…

Cada música tiene una serie de características que nos permite adecuar al perfil de nuestros clientes, al entorno y a nuestros objetivos de marca.

EL GÉNERO MUSICAL

El género musical, ayuda a “conectar”, “empatizar” con nuestro público tanto por edad, como, por ejemplo, por época ó evento del año. En Navidad sólo tenemos que ir a los grandes almacenes para ver cómo todo el establecimiento está “tuneado” para transmitir el espíritu de “compartir”, de “regalar”, de los buenos deseos. La decoración, la cartelería, los uniformes, la iluminación,.., y la música. Todo está diseñado para “vivir la Navidad”, lo que estimula sentimientos, emociones, de correspondencia con la época del año, provocando el aumento de bienestar y en consecuencia, de tiempo de permanencia en la tienda, y, por tanto, del tiquet medio.

marketing experiencial

LA VELOCIDAD DE LA MÚSICA

Músicas rápidas, más vivas, según demuestra la Teoría motora de la percepción, nos hacen conducirnos más rápidamente. Ideales para momentos en las que haya más afluencia de gente y, por ejemplo, necesitemos favorecer la rotación. En un restaurante supondría adoptar músicas más rápidas para influir en que los “clientes coman más deprisa” de forma subconsciente y así haya más disponibilidad de mesas.

Por el contrario, “tempos” más pausados favorecen la permanencia consiguiendo que posiblemente consuman más, así como activar el “efecto arrastre” (sesgo por el cual copiamos las acciones de los otros). Si vemos más lleno un local que otro, la mayoría preferirán entrar en el más lleno.

EL VOLUMEN

El volumen, igualmente es otro aspecto que “encaja con los gustos” de forma desigual. A los jóvenes les atrae, y a perfiles de personas de mayor edad, incluso les puede resultar molesta.

En este sentido, la Ciencia igualmente ha demostrado que cuanto más alto es el volumen de la música, menor es la concentración con lo que favorece la toma de decisiones más rápidas.

Por tanto, la música es un aspecto clave en la experiencia del consumidor teniendo como principales propósitos

  • Inducir a los potenciales consumidores (a, por ejemplo, ir más rápido, o más lento).
  • Suscitar emociones positivas (Navidad =regalar).
  • Diferenciar el establecimiento de la competencia generando experiencias únicas.
  • Ofrecer un entorno agradable y motivador invocando a la memoria sensorial

Todo lo que “vivimos” en las tiendas conforma parte de una ambientación en la que los sentidos recogen la información y salvo que un canal “chirríe” (no encaje, distorsione, o no esté) formarán y contribuirán a crear la experiencia adecuada para cada ocasión contribuyendo definitivamente a la consecución de los objetivos.

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